Esto permitió el acercamiento e interés por el taller, donde se busca mostrar que existen más allá de materiales industriales convencionales para dibujar y pintar, procesos, materiales y herramientas que parten de actividades cotidianas y milenarias, provenientes de la naturaleza que pueden servir y aportar a una expresión artística más consiente sobre el impacto ambiental, el cual estamos enfrentando, siendo el arte una de las formas de resistencia contra el colapso climático.


Para el primer acercamiento con estos procesos tuvimos como invitadas al grupo Flor de Cera, quienes se encargan como colectivo del cultivo de miel y de la preservación de la abeja Melipona (Xunáb kab), esta abeja es endémica de la Península de Yucatán. Nuestros abuelos han cosechado por cientos de años su rica miel y sus derivados, principalmente por sus propiedades curativas.


Yeimi Pérez integrante del colectivo nos enseño los diversos procesos de cosecha de la miel y las formas en las que se protege a estas abejas. Siguiendo con el tema el maestro José Chi nos hizo una demostración de la forma en la que trabaja con la cera de abeja aplicándola en sus procesos pictóricos, nos enseño los estados de la cera al calentarse o enfriarse, el olor que lo caracteriza y las maneras en las que se puede utilizar para realizar obras de arte.


Fue un día de mucho aprendizaje, donde conocimos como se puede hacer obras a partir de estos materiales naturales y la importancia de la preservación de la biodiversidad ya que esta se encuentra en todos los aspectos de la vida humana.

Procesos escultóricos de la tierra

En este segundo día de trabajo tuvimos la visita del artista visual y gestor cultural Reyes Maldonado del municipio de Sinanché, Yucatán.
En esta actividad el artista nos enseño parte de su proceso escultórico, el cual consiste en la recolección de objetos y desechos encontrados en el suelo kárstico de la Península de Yucatán, residuos producto de la contaminación del suelo y subsuelo por la llegada del plástico a la península. Reyes Maldonado llama a este proceso vestigios, proceso que como artista lo acerca a las prácticas de la arqueología, los cual lo lleva a encontrar estos objetos desechados por las actividades de la modernidad. Reyes realiza un molde y vaciado en yeso para generar réplicas que terminan convirtiéndose en una especie de fósiles modernos, agregando una pátina hecha con tierra de la región.


Un proceso escultórico que proviene de las formas de la tierra tanto naturales como industriales, teniendo como resultado un hibrido representativo del paisaje actual de la Península de Yucatán y del resto del planeta.


Para el taller, el maestro presento diversos objetos industriales encontrados de su colección, así como varios objetos orgánicos para la el vaciado de los moldes. Los participantes pudieron realizar su propia escultura, paso a paso aprendiendo del proceso del artista, así como del uso de los materiales, como fue el caso del yeso en su aplicación y secado, o de la tierra para dibujar donde se pueda representar el entorno inmediato o las problemáticas que vivimos día a día.


Este día fue de experimentación con los materiales y sus formas, que, al adquirir una nueva cualidad escultórica, pudieron reflexionar acerca del carácter manual y tridimensional de la escultura, así como su relación con el dibujo y su forma bidimensional, que son puntos de partida para entender las diversas manifestaciones del arte.

Con nuestras manos dibujaremos

Durante el tercer día del taller los y las participantes pudieron terminar sus esculturas ya que tuvieron que esperar a este día para poder manipular y pintar sus obras escultóricas, aprendiendo sobre el comportamiento de los materiales según sus características químicas y físicas, así como su afectación por el clima húmedo de la región.


Para la segunda parte del día, el maestro José Chi dirigió el taller donde los participantes pudieron dibujar con pigmentos procedentes de dos distintos tipos de tierra, las cuales podemos encontrar en la Península de Yucatán. La primera es la tierra roja o k’aankab característica del sur del estado, tiene un color rojo muy particular utilizado como parte de la técnica milenaria pak’lu’um para la construcción de la casa maya (ka’anil’naj). El otro es un pigmento proviene de una cantera llamada sascabera, de la cual se sustrae una arena gruesa que servía en la antigüedad para la construcción de los Sacbés (camino blanco) que fueron carreteras y caminos que conectaban a las grandes ciudades por todo el territorio maya prehispánico, en la actualidad se utiliza para la construcción de casas y edificios. Estas actividades de dibujo pudieron conectar a los participantes con los materiales y su
importancia histórica, así como su recuperación y revitalización de estos saberes, pero ahora utilizados como materiales para la realización de una obra de arte.

Leña para cocinar, carbón para dibujar

Durante el día jueves antes de empezar el taller los participantes juntaron pedazos de carbón en la mayoría procedentes de las cocinas de sus hogares, con el objetivo de utilizarlo para dibujar. En la casa tradicional maya xa’anil’naj existe un diseño estructural y simbólico que articula lo ritual, social, divino y ancestral en la que los materiales de construcción para la casa, provienen del monte y por lo tanto tienen vida, estos materiales son protegidos por los Yumbalames o dueños del monte, a quienes hay que pedir permiso con un ritual llamado payalchi’ y así poder darle protección, vida y armonía a la casa.


Esta cosmogonía ancestral también se encuentra en el K’oben o cocina, espacio de convivio familiar donde el fogón esta hecho con 3 piedras, símbolo de lo femenino.
El uso de la leña es muy común hasta nuestros días para la cocina tradicional en muchas de las casas en Dzan y la zona maya, esta práctica genera residuos como el carbón y la ceniza que en este día de taller fueron los protagonistas para hacer dibujos, esta experiencia con el carbón causo buena aceptación dentro del grupo para la búsqueda de otros materiales con los cuales poder dibujar.


Esto es otro ejemplo más, de aquello que proviene de la naturaleza y sus procesos relacionados con las actividades humanas cotidianas, ya sea como producto o desecho, puede servirnos para la creación de una obra de arte, teniendo en cuenta todo el proceso ya no solo del objeto final si no también de la importancia de la procedencia y aplicación de este tipo de materiales que le dan un valor simbólico importante a estas formas de producción artística.

Meliponas II (Xunaan Kab)

Este fue el último día del taller y pudimos visitar el espacio de producción del colectivo Flor de Cera, quienes con mucho entusiasmo nos recibieron para mostrarnos sus procesos, más de cerca y poder convivir con las abejas meliponas, las cuales no tienen aguijón y eso las hace inofensivas para el trabajo con ellas, conocimos la estructura y la forma de resguardo, construido por el colectivo, en donde las abejas producen, viven y conviven con otras especies.


Esta visita fue significativa ya que pudimos experimentar desde todos nuestros sentidos este espacio dedicado al cultivo de miel y sus derivados, una práctica ancestral que debemos de conocer para concientizar sobre nuestro impacto en el ambiente y como al mirar y reconocer
estas prácticas, podremos encontrar el equilibrio ecológico que pueda ayudar a esta emergencia climática global.


El acercamiento a estos espacios mediados por el arte y sus prácticas contemporáneas y decoloniales, nos pueden ofrecer otras miradas de lo social, lo económico y lo ambiental. Estos espacios de aprendizaje, reflexión y experimentación hacen que el tejido social de la comunidad en Dzan se revitalice, a partir de las experiencias y conocimientos adquiridos en los talleres con el objetivo que estos puedan trascender mas allá de una práctica estética a una práctica del arte en relación con lo social y lo político. Ko’ox Boom nos reunió y fue el espacio perfecto donde pudimos compartir, aprender y experimentar el arte desde otras formas, materialidades y tiempos.

Este fue el último día del taller y pudimos visitar el espacio de producción del colectivo Flor de Cera, quienes con mucho entusiasmo nos recibieron para mostrarnos sus procesos, más de cerca y poder convivir con las abejas meliponas, las cuales no tienen aguijón y eso las hace inofensivas para el trabajo con ellas, conocimos la estructura y la forma de resguardo, construido por el colectivo, en donde las abejas producen, viven y conviven con otras especies.


Esta visita fue significativa ya que pudimos experimentar desde todos nuestros sentidos este espacio dedicado al cultivo de miel y sus derivados, una práctica ancestral que debemos de conocer para concientizar sobre nuestro impacto en el ambiente y como al mirar y reconocer
estas prácticas, podremos encontrar el equilibrio ecológico que pueda ayudar a esta emergencia climática global.


El acercamiento a estos espacios mediados por el arte y sus prácticas contemporáneas y decoloniales, nos pueden ofrecer otras miradas de lo social, lo económico y lo ambiental. Estos espacios de aprendizaje, reflexión y experimentación hacen que el tejido social de la comunidad en Dzan se revitalice, a partir de las experiencias y conocimientos adquiridos en los talleres con el objetivo que estos puedan trascender mas allá de una práctica estética a una práctica del arte en relación con lo social y lo político. Ko’ox Boom nos reunió y fue el espacio perfecto donde pudimos compartir, aprender y experimentar el arte desde otras formas, materialidades y tiempos.