Engrudo is a do it yourself (D.I.Y.) adhesive mass made from flour and water and used to stick papers and posters. Just as capitalism requires certain mechanisms for its existence, such as borderization, patriarchy, exploitation, among others, it also depends on extractivism: one of the most violent ways to affect and diminish life itself in all its forms and meanings.

 

Far from idealizing the community and romanticizing the territory attributed to the Global South, capitalism has found ways to penetrate, transform, and fragment all living spaces, even in the most inhospitable environments like the desert.

 

Creating images generates territorial bonds and attachments necessary for the care of a specific territory. But with communities and territories in crisis, how do we agree that the images that unite us also contain us? How do we collectively redefine what it means to be and create community? How can we find new adhesives that unite images, identities, and collective memories?

 

This is an invitation to imagine new ways of relating to each other, to explore how we can build stronger and more meaningful bonds in a world where existence is increasingly threatened. In this context, images not only become a means of expression but also a vehicle for resistance and social cohesion.

 

 

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El engrudo es una masa adhesiva casera hecha artesanalmente de harina y agua, utilizada tradicionalmente para pegar papeles y carteles. Así como el capitalismo necesita de ciertos mecanismos para su existencia, como la fronterización, el patriarcado, la explotación, entre otros, también requiere del extractivismo: una de las formas más violentas para afectar y reducir la vida misma en todas sus formas y significados.

 

Lejos de la idealización de la comunidad y de romantizar el territorio atribuido al Global Sur, el capitalismo ha encontrado la manera de penetrar, transformar y fragmentar todos los espacios de vida, incluso en los entornos más inhóspitos como el desierto.

 

Crear imágenes genera lazos territoriales y arraigos necesarios para el cuidado en un territorio específico. Pero con las comunidades y los territorios en crisis, ¿Cómo nos ponemos de acuerdo en que las imágenes que nos unen también nos contengan? ¿Cómo redefinimos juntos lo que significa ser y hacer comunidad? ¿De qué forma podemos encontrar nuevos aglutinantes que unan imágenes, identidades y memorias colectivas?

 

Esta es una invitación a imaginar nuevas formas de relacionarnos, a explorar cómo podemos construir vínculos más sólidos y significativos en un mundo donde la existencia se ve cada vez más amenazada. En este contexto, las imágenes no solo se convierten en un medio de expresión, sino en un vehículo para la resistencia y la cohesión social.